SONETO Nº 2 (de la madeja)
Era un bello país porque su gente
respetaba las buenas intenciones
y los hombres vivían plenamente
y al amor lo iniciaban los varones.
Era un bello país. Todos pensaban
con suficiente claridad y esmero:
Si hacía falta soñar ellos soñaban,
si sobraba trabajo eran obreros.
En aquel gran país todos los días
las mujeres debajo de los hombres
concebían felices nuevas crías.
Y ese amor satisfecho y en pareja,
en aquella región de no sé dónde,
fue el instante inicial de esta madeja
Amanda Patarca.